1-Fíjate en el etiquetado y en la lista de ingredientes: ya que esto nos da toda la información sobre el producto.
2-Elige siempre fruta y verdura de temporada. Están en su momento óptimo de consumo. Como consecuencia tienen mejor sabor, aroma y color. Su frescura e intensidad hacen los alimentos de temporada mucho más atractivos y apetecibles.
3-Escoge alimentos con granos enteros (fibra) antes que refinados: por ejemplo, harinas, pasta, pan y arroz integral ya que nos proporcionan fibra y retrasan nuestro vaciamiento gástrico (por tanto, nos aportan más nutrientes y nos sacian más).
4-Compra alimentos frescos. Si por disponibilidad y tiempo tienes que hacer la compra en grandes cantidades (muy típico en la sociedad actual y con la vida tan ajetreada que llevamos), congela aquellos que creas que vas a tardar más en consumir, ya que cada día que pasa el alimento va perdiendo propiedades.
5-No compres alimentos precocinados o preparados. Si te apetece una pizza o hamburguesa, siempre casera, con los ingredientes más saludables.
6-No compres alimentos aderezados o condimentados. Normalmente estos ingredientes se añaden porque el alimento empieza a estar pasado y así se enmascaran el mal olor y sabor. Esto es muy típico en las carnes adobadas y condimentadas.
7-No te dejes engañar por la publicidad. «Light, sin azúcares añadidos o sin aceite de palma» hay que leer siempre la letra pequeña (punto número 1, etiquetado).
8-Siempre que tengas que hacer la compra prepara antes una lista de lo que necesitas y no vayas a hacer la compra con hambre, de esta manera compraras lo que verdaderamente te hace falta y evitarás añadir a la cesta alimentos poco saludables.
